Andrés Iniesta fue uno de los once elegidos por Ernesto Valverde para tratar de asaltar Ipurua. Sin embargo, el de Fuentealbilla no tuvo una de sus mejores actuaciones, ya que la habitual magia que atesora en sus botas se vio ensombrecida por la asfixiante presión que ejercieron sobre él los jugadores del Eibar.
Precisamente por eso y con la intención de aportarle un poco de frescura a su equipo, el técnico cacereño decidió sustituirle para dar entrada a Coutinho en el minuto 63. Fue entonces cuando los aficionados armeros se levantaron de sus asientos para brindarle una sentida ovación al 8 culé, que sigue recibiendo aplausos casi ocho años después del gol que anotó en la final del Mundial de Sudáfrica para que España levantara su primera Copa del Mundo.